Mejor cosas que hacer en Reykjavik
Las mejores cosas para hacer y atracciones imperdibles en Reykjavik
Las mejores cosas para hacer y atracciones imperdibles en Reykjavik
¿Listo para conocer un lugar donde la naturaleza salvaje se mezcla con una ciudad encantadora, el frío no detiene la fiesta y las casas parecen sacadas de una caja de crayones? Bienvenidos a Reikiavik, la capital de Islandia y la ciudad más al norte del planeta. Pero que no te engañe su tamaño: aunque pequeña, esta ciudad tiene una personalidad tan grande como un volcán en erupción.
Prepárate para un recorrido divertido, curioso y lleno de sorpresas. Te prometemos que después de leer esta guía, vas a querer reservar tu vuelo, tu parka térmica y tu espíritu aventurero. ¡Vamos allá!
Reikiavik tiene menos de 150.000 habitantes, lo cual la convierte en una de las capitales más pequeñas del mundo. Pero lo compensa con un ambiente acogedor, vibrante y lleno de vida. Aquí no hay rascacielos ni tráfico insoportable. Lo que sí hay es gente amable, un diseño urbano encantador, y un aire fresco que parece sacado de un anuncio de agua embotellada.
Desde que Islandia se independizó de Dinamarca en 1944, Reikiavik pasó de ser un pueblo de pescadores con frío en los huesos a una ciudad con diseño escandinavo, alma vikinga y un ritmo cultural sorprendente.
Esta iglesia no solo tiene un nombre imposible de pronunciar (¡inténtalo!), sino que también domina el paisaje urbano de Reikiavik. Su diseño está inspirado en las columnas de basalto tan típicas del paisaje islandés y parece más una nave espacial que un templo. Sube a su torre y tendrás una de las mejores vistas panorámicas de la ciudad y los fiordos circundantes.
El puerto de Reikiavik combina tradición y modernidad. Puedes ver a los pescadores descargando sus capturas del día y, justo al lado, disfrutar de Harpa, el centro de conciertos con una fachada de cristal multicolor que brilla incluso en los días más grises.
Es la calle principal del centro, llena de tiendas de diseño nórdico, cafés acogedores, librerías con gatos durmiendo y, por supuesto, bares donde la fiesta comienza tarde... y termina aún más tarde.
Perfecto para entender cómo un grupo de vikingos barbudos terminó fundando un país en medio del hielo. Tiene de todo: espadas, manuscritos antiguos, ropa medieval y hasta una réplica de una casa vikinga. Cultura con capa de piel y casco.
Si te gustan las historias de héroes, traiciones, amores imposibles y batallas épicas, este museo es tu lugar. Las sagas islandesas son como "Juego de Tronos", pero con más nieve y menos dragones.
Además de tener una de las mejores vistas de la ciudad desde su cúpula de cristal, aquí puedes caminar por una cueva de hielo artificial, aprender sobre glaciares y ver cómo la naturaleza ha moldeado Islandia durante milenios. Y sí, hay simulaciones de volcanes. ¡Boom!
¿Creías que por estar tan al norte los islandeses se iban a dormir temprano? ¡Para nada! La vida nocturna en Reikiavik es legendaria, sobre todo los fines de semana. El “rúntur” es una tradición local: básicamente ir de bar en bar con amigos, buena música y muchas risas.
Y no te preocupes si ves a alguien disfrazado de unicornio en la calle a las 2 de la mañana. Aquí todo es posible.
Una de las mejores cosas de Reikiavik es que en menos de una hora puedes estar rodeado de volcanes, glaciares o playas de arena negra. Aquí van algunas excursiones imperdibles:
Una ruta clásica que incluye tres maravillas naturales: el Parque Nacional Þingvellir (donde puedes ver cómo se separan las placas tectónicas), la imponente cascada Gullfoss y el área geotérmica de Geysir, donde los géiseres te saludan con chorros de vapor de varios metros de altura.
A solo 45 minutos de la ciudad, este spa geotérmico parece de otro planeta. Aguas cálidas, lechosas y ricas en minerales, rodeadas de lava negra. Ideal para relajarse mientras nieva sobre tu cabeza. Spa + ciencia ficción = experiencia inolvidable.
Desde el puerto de Reikiavik salen barcos que te llevan a mar abierto para ver ballenas minke, jorobadas y delfines. Si tienes suerte (y estómago fuerte), podrás ver estas criaturas gigantes surcar las aguas heladas del Atlántico Norte.
Toma un tour de día completo y recorre cascadas como Seljalandsfoss (¡puedes caminar detrás de ella!), playas de arena negra como Reynisfjara y, si el clima coopera, glaciares y volcanes cubiertos de nieve.
Durante el invierno, Reikiavik se convierte en una base excelente para ver las luces del norte. Salir por la noche, alejarse un poco de las luces urbanas y mirar al cielo puede darte uno de los espectáculos más mágicos de tu vida.
Vestimenta por capas: El clima cambia más que la programación de televisión. Lleva ropa térmica, impermeable y no olvides el gorro.
Moneda: La corona islandesa (ISK). Las tarjetas se aceptan en todas partes, incluso para pagar un solo café.
Idioma: Se habla islandés, pero todos dominan el inglés. Aunque aprender a decir “takk” (gracias) siempre suma puntos.
Transporte: El centro es muy caminable. Para excursiones, lo mejor es alquilar un coche o unirse a tours organizados.
Reikiavik no es solo una capital, es una experiencia completa. Es caminar por calles tranquilas y coloridas por la mañana, perderte en un museo a mediodía, darte un baño caliente bajo la nieve por la tarde y bailar hasta las 4 de la madrugada. Es estar a un paso de volcanes y glaciares, de sagas vikingas y conciertos modernos, de naturaleza salvaje y civilización creativa.
Así que si buscas un destino que combine aventura, cultura, paisajes épicos y un toque nórdico excéntrico, Reikiavik tiene tu nombre escrito en runas.
¡Skál y buen viaje!