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Mejor cosas que hacer en Kanazawa

Las mejores cosas para hacer y atracciones imperdibles en Kanazawa

Cosas que hacer en Kanazawa - Japón

Kanazawa: el tesoro que viaja en el tiempo (¡donde los samuráis aún marcan tendencia y las geishas nunca pasan de moda!) – Tu guía de viaje divertida y brutalmente honesta a esta joya costera de Japón

¡Konnichiwa, amantes de la historia, cazadores de cultura y todos los que suspiran por lo antiguo pero con estilo! Si creías que Japón era solo Tokio ultramoderno y templos zen en Kioto, prepárate para que Kanazawa te vuele la mente (y el sombrero de paja). Esta ciudad costera, hoy tranquila y encantadora, fue en el siglo XIX nada menos que la cuarta ciudad más grande de Japón. ¡Sí, más grande que muchas de las que hoy aparecen en todas las postales!

Una ciudad que esquivó bombas y abrazó el encanto

Kanazawa tuvo un golpe de suerte que haría llorar a cualquier historiador feliz: no solo evitó ser destruida por los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial, sino que también pasó de puntillas por la industrialización masiva que arrasó con tantas otras joyas del Japón antiguo. ¿El resultado? Una ciudad que parece detenida en el tiempo, donde las casas samuráis siguen erguidas como si esperaran una nueva batalla, las calles de las geishas todavía susurran elegancia, y los jardines tienen un nivel de calma que podría hacer meditar hasta a un turista con jet lag.

Nagamachi: donde los samuráis paseaban (y no con espadas de utilería)

Uno de los lugares más impresionantes de Kanazawa es el distrito de Nagamachi, el barrio samurái. Pasear por sus calles angostas es como entrar en una película de Kurosawa, solo que sin extras y sin guion. Las casas de madera, con sus muros de barro y techos tradicionales, están tan bien conservadas que solo falta un samurái en sandalias pidiendo té. Puedes visitar residencias históricas como la Casa Nomura, con jardines interiores tan perfectos que parecen diseñados por un bonsái con doctorado en paisajismo.

Higashi Chaya: el lado glamuroso y elegante de la tradición japonesa

¿Pensabas que solo Kioto tenía distritos de geishas? Pues no. El barrio de Higashi Chaya en Kanazawa es una joya viva donde las casas de té (chaya) de madera lucen su esplendor. Aquí, las geishas aún se presentan en ocasiones especiales, manteniendo viva la tradición con sus kimonos impecables y su arte refinado. Incluso si no logras ver una, pasear por estas calles te hará sentir parte de una época donde la elegancia era una forma de vida, no solo una etiqueta de Instagram.

Kenrokuen: el jardín que lo tiene todo (literalmente)

Si los jardines zen fueran celebridades, Kenrokuen sería una superestrella. Considerado uno de los tres jardines paisajistas más bellos de Japón, este espacio verde de ensueño ofrece estanques, puentes, casas de té, colinas suaves y vistas que harían suspirar a un pintor impresionista. Cada estación del año ofrece una experiencia distinta: en primavera, los cerezos florecen con arrogancia estética; en otoño, los arces enrojecen como si estuvieran avergonzados de tanta belleza.

Kanazawa Castle: una fortaleza de película (sin CGI)

Y justo al lado del jardín, como quien no quiere la cosa, se alza el majestuoso Castillo de Kanazawa. Aunque ha sido parcialmente reconstruido, mantiene su estructura y espíritu original. Las puertas monumentales, los tejados con tejas blancas y los jardines del castillo ofrecen un paseo que mezcla historia y vistas épicas. Ideal para imaginarte como un señor feudal planificando tu próximo festival del té... o tu próxima batalla ficticia.

Atracciones que van más allá del pasado (¡el arte moderno también tiene su rinconcito!)

Kanazawa no vive solo de historia. El arte contemporáneo también tiene su espacio gracias al espectacular Museo del Siglo XXI de Arte Contemporáneo. Esta joya arquitectónica no solo alberga exposiciones vanguardistas, sino que también invita a interactuar con las obras. Una combinación perfecta para los que necesitan una dosis de modernidad después de tanto paseo tradicional.

Y si hablamos de experiencias auténticas, no puedes perderte el Mercado Omicho, conocido como “la cocina de Kanazawa”. Aquí podrás probar desde sushi fresquísimo hasta especialidades locales como el “nodoguro” (pescado de carne blanca que sabe a gloria) o cangrejo del Mar de Japón. Un festival de sabores que hará que tu paladar haga reverencias.

Aventuras cercanas: penínsulas, templos y... ¿ninjas?

Kanazawa también es un excelente punto de partida para escapadas memorables. Uno de los mejores paseos es hacia la Península de Noto, una región salvaje y hermosa con paisajes marinos que parecen pintados a mano y pueblos pesqueros que conservan el alma japonesa intacta.

Y si eres de los que buscan templos escondidos con secretos entre sus paredes, visita el Templo Myōryū-ji, conocido como el "Templo Ninja". Aunque no tiene ninjas dando volteretas, está lleno de pasajes ocultos, puertas secretas y trampas que lo convierten en una experiencia tan entretenida como educativa (reservar con anticipación suele ser necesario).

Otra joya espiritual cercana es el Eihei-ji, un templo zen fundado en 1244, donde los monjes siguen un riguroso entrenamiento espiritual. Rodeado de cedros milenarios, este lugar ofrece una paz tan profunda que hasta el más hiperactivo de los turistas consideraría una siesta zen.

Artesanía local: el oro brilla por todo Kanazawa

Kanazawa es famosa por su producción de pan de oro (kinpaku), y no estamos hablando de bisutería cualquiera. Aquí puedes encontrar desde dulces cubiertos de pan de oro hasta cosméticos con brillo dorado, pasando por obras de arte y objetos de decoración que deslumbran sin ser kitsch. Muchos talleres ofrecen la posibilidad de probar tú mismo esta delicada técnica. ¿Quién dijo que el arte no se podía tocar (ni comprar)?

Delicias locales: no todo es sushi en la vida

Además del mercado Omicho, Kanazawa te sorprenderá con sabores únicos. Prueba el kaga ryori, una cocina tradicional refinada que incluye ingredientes locales como raíces de loto, tofu de sésamo y caldos hechos con un mimo que rozan lo poético. Y para los más golosos, no dejes de saborear los dulces wagashi típicos de la región, acompañados, por supuesto, de un buen té verde.

Conclusión: Kanazawa, la ciudad que lo tiene todo (menos multitudes)

Así que si estás buscando un destino en Japón donde puedas caminar entre historia viva, admirar jardines que parecen sacados de un sueño, conocer tradiciones que aún palpitan y explorar sin prisas ni hordas de turistas, Kanazawa te está esperando con los brazos abiertos y un kimono bien planchado.

Desde samuráis con estilo hasta geishas que desafían el paso del tiempo, desde museos futuristas hasta templos medievales con trampas ninja, Kanazawa es una joya que te hará sentir como un viajero en el tiempo… pero con muy buena conexión Wi-Fi.

¡Prepárate para un viaje inolvidable, lleno de cultura, belleza, buena comida y muchas historias por contar! Y recuerda: en Kanazawa, cada calle es un capítulo del pasado esperando ser recorrido con una sonrisa. ¡Sayōnara, viajero curioso, y que tu próximo destino sea tan dorado como esta ciudad!

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