Mejor cosas que hacer en Rabat
Las mejores cosas para hacer y atracciones imperdibles en Rabat
Rabat, Marruecos: Donde las Ruinas Antiguas Bailan al Ritmo del Jazz (Con Brisa Atlántica, Alfombras de Ensueño y un Minarete Inconcluso)
Tu guía de viaje hilarantemente honesta para descubrir esta joya real de Marruecos
¡Ahlan wa sahlan! O lo que es lo mismo: ¡bienvenido a Rabat! Puede que no sea la primera ciudad que se te venga a la mente cuando piensas en Marruecos, pero prepárate para una sorpresa tan grande como una bandeja de couscous un viernes. Esta capital marroquí, situada donde el río Bou Regreg se lanza de cabeza al Atlántico, es un destino que combina historia milenaria, cultura vibrante y una tranquilidad costera que conquista hasta al viajero más escéptico.
Sí, lo sabemos. Cuando oyes “capital” piensas en edificios grises, políticos serios y mucho, mucho tráfico. Pero Rabat no se conforma con esos clichés. Esta ciudad ha sido la sede administrativa de Marruecos desde 1912, pero lejos de ser aburrida, ofrece un ambiente relajado, una mezcla deliciosa de lo moderno y lo tradicional, y rincones que te harán sentir en un cuento de Las mil y una noches... con conexión Wi-Fi y tranvía moderno.
Descubriendo el Lado Musical de las Ruinas: Chellah
Si te derrites frente a las piedras antiguas que cuentan historias (y si tienes un lado arqueológico oculto), entonces el sitio de Chellah te va a enamorar. Imagina un antiguo complejo romano-islamista, ahora adornado por cigüeñas, árboles centenarios y un ambiente casi místico... ¡que además, en ciertas épocas, se transforma en sede del Festival de Jazz de Chellah! Sí, leíste bien: jazz entre ruinas milenarias. ¡Pocas ciudades pueden presumir de algo así!
La Torre Hassan: El Minarete que Soñó Ser Gigante
Otro imperdible de Rabat es la imponente Torre Hassan. Fue concebida en el siglo XII como parte de una mezquita que debía ser la más grande del mundo islámico. Lamentablemente, se quedó a medio construir (al estilo de la Sagrada Familia pero sin grúas), y hoy se alza como un recordatorio de sueños grandiosos y terremotos traicioneros. Aun así, es uno de los lugares más fotogénicos de la ciudad y una parada obligatoria en cualquier itinerario.
Medina de Rabat: Donde se Compra con Regateo y Encanto
¿Quién dijo que comprar una alfombra no podía ser una aventura épica? Adéntrate en la medina de Rabat, una red de callejuelas donde perderse es parte del plan. Aquí podrás encontrar las famosas alfombras rabatíes, productos artesanales, lámparas que parecen salidas de un palacio y especias que perfuman el aire. Consejo SEO-friendly: si buscas “qué comprar en Rabat”, la respuesta es clara: alfombras, recuerdos y muchas historias para contar.
Kasbah de los Udayas: Fortaleza, Jardines y Vistas al Mar
La Kasbah de los Udayas es otro tesoro que no te puedes perder. Esta fortaleza costera, construida en el siglo XII, no solo ofrece vistas impresionantes del Atlántico y del río Bou Regreg, sino que también alberga los preciosos Jardines Andaluces, un rincón de paz y sombra donde podrás hacer una pausa digna de postal. ¿Mencionamos que todo el barrio está pintado en blanco y azul y parece sacado de una película? Sí, aquí Instagram se va a poner contento.
El Palacio Real: Donde Vive la Realeza (y Tú Puedes Mirar Desde Afuera)
Aunque no se puede entrar libremente (ni siquiera fingiendo que perdiste el camino), vale la pena acercarse a admirar el exterior del Palacio Real de Rabat, residencia oficial del monarca. Guarda distancia, saca una buena foto y siéntete parte de un tour de lujo... versión 100% gratuita.
¿Qué Hacer en Rabat Más Allá de lo Típico?
Además de los grandes atractivos turísticos, hay un montón de actividades que hacen de esta ciudad un destino completo y muy sabroso (literalmente también). Aquí van algunas sugerencias para llenar tu itinerario de momentos inolvidables:
Pasear por la Orilla del Bou Regreg
Ya sea caminando o en una barquita, recorrer el río te da otra perspectiva de la ciudad. Es perfecto para una tarde relajada, especialmente cuando el sol comienza a bajar y tiñe el cielo de tonos anaranjados.
Relajarte en la Playa de Rabat
¡Sí, Rabat tiene playa! No es la Costa del Sol, pero el ambiente es relajado, hay familias locales, olas suaves y brisa atlántica. Ideal para leer un libro o simplemente observar la vida pasar.
Visitar los Jardines Andaluces
Dentro de la Kasbah, este pequeño jardín es una joya escondida. Flores, fuentes, sombra y bancos de cerámica para descansar después de una larga caminata. Un lugar que susurra: "tómate tu tiempo".
Explorar el Mausoleo de Mohammed V
Este monumento es una maravilla arquitectónica donde descansan los restos del rey Mohammed V y sus hijos. Los detalles del mármol, las tallas, los techos dorados... cada centímetro habla de historia y de orgullo nacional.
Degustar la Gastronomía Marroquí
¡Prepárate para que tu paladar baile de alegría! Prueba un tajine de cordero con ciruelas, un couscous con verduras de temporada o un pastelito de almendra y miel que desafía todas las dietas. La comida en Rabat es tan rica como sus palacios.
Cómo Llegar y Moverte en Rabat
Si bien Rabat tiene su propio aeropuerto, la mayoría de los viajeros llegan volando a Casablanca y luego toman un tren hasta la capital marroquí. El trayecto es cómodo, pintoresco y dura alrededor de una hora. Una vez en la ciudad, moverse es muy sencillo gracias al moderno tranvía, taxis económicos y caminatas muy agradables por las zonas más históricas.
Rabat: Una Ciudad Real que se Gana un Lugar en Tu Corazón (y en tu Blog de Viajes)
Rabat es ese tipo de ciudad que no presume demasiado, pero que cuando la visitas, te hace preguntarte por qué no viniste antes. Tiene lo mejor de Marruecos: historia profunda, cultura viva, sabores inolvidables y una energía tranquila que invita a explorar sin prisas. Si estás buscando destinos en Marruecos que ofrezcan ruinas antiguas, mezquitas legendarias, mercados auténticos, jardines secretos y puestas de sol frente al mar, Rabat debería estar en lo más alto de tu lista.
¿Y quién sabe? Tal vez vengas por una alfombra... y termines llevándote un pedazo del alma marroquí.
Bslama! ¡Y no te olvides de traer una maleta vacía para todas esas compras que seguro harás!
